Las vacunas son una parte fundamental en la salud de tu bebé. Protegen contra enfermedades graves y salvan millones de vidas cada año. Sin embargo, nadie quiere ver a su bebé llorar o asustarse, y menos cuando se trata de una aguja. En Sanity Mom entendemos lo difícil que puede ser este momento. Por eso, aquí te compartimos estrategias prácticas, amorosas y respaldadas por especialistas para que las inyecciones sean menos traumáticas y más llevaderas tanto para ti como para tu pequeño.
Mantén la calma: tu bebé te siente
Los bebés son muy sensibles al lenguaje corporal y emocional de mamá. Si tú estás nerviosa o ansiosa, es probable que el bebé también lo perciba.
Tip Sanity Mom: Respira profundo, mantén contacto visual con tu bebé y háblale con voz suave y segura. Transmitirle calma es el primer paso para reducir su ansiedad.
2. Amamantar o dar biberón antes o después
Estudios han demostrado que amamantar al bebé durante o justo después de la inyección puede reducir el dolor y el llanto. La succión, el contacto piel con piel y el sabor dulce de la leche lo reconfortan.
Si no das pecho, puedes ofrecerle su biberón favorito o un poco de agua si ya tiene más de 6 meses.
3. El poder del contacto físico
Sujetar al bebé en tus brazos o colocarlo en tu regazo durante la aplicación genera una sensación de seguridad.
- Mantenlo firme pero con cariño.
- Acaricia su cabeza o espalda mientras lo tranquilizas con palabras dulces.
4. Usa la distracción a tu favor
Los bebés y niños pequeños tienen una gran capacidad para desviar su atención. Lleva un juguete que le guste, canta su canción favorita o muéstrale un video corto en tu celular si ya lo usa ocasionalmente.
El objetivo no es engañarlo, sino ayudarlo a enfocarse en algo agradable en lugar del pinchazo.
5. Aplica compresas frías o calor local
Después de la vacuna, es común que la zona se inflame o moleste un poco. Puedes:
- Aplicar una compresa fría por 5-10 minutos.
- Mover suavemente su pierna o brazo si fue intramuscular.
- Darle un baño tibio relajante para aliviar la molestia.
6. Premia con afecto (¡y con orgullo!)
Al terminar, felicita a tu bebé con abrazos, besos y palabras positivas. Aunque no entienda tus palabras, sí percibe tu emoción. Así, comenzará a asociar estos momentos con seguridad, no con trauma.
¿Y si llora mucho?
Llorar es completamente normal. No significa que algo esté mal. Recuerda que su llanto es su forma de expresarse. Acompáñalo con amor, abrázalo fuerte y dale tiempo para calmarse.
¡Tú lo estás haciendo bien, mamá!
Acompañar a tu bebé en cada vacuna es un acto de amor, protección y cuidado. Aunque parezca difícil, estás ayudando a construir un escudo para su salud futura. En Sanity Mom, te recordamos: no estás sola, estás haciendo un trabajo maravilloso.
¿Cómo te ha ido con las vacunas de tu bebé?
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